DE OPINIÓN

ARTÍCULO DE OPINIÓN: “Tancredo Eterno”

Seis (6) años han pasado desde aquel jueves bañado de primavera… A ti que te gustaban las flores, la vida decidió que te marcharas en su época. Más, no te fuiste sin antes ser cónsono con lo que predicaste. Trabajabas incansablemente en la unidad de las diversas organizaciones de Izquierda del país, esas que sin diferencias programáticas e ideológicas persisten en la malvada división (entidades que se atrinchera en ser “Cabeza de Ratón y no cola de León”, sin observar que su accionar contribuye al sufrimiento de la clase trabajadora), ese trabajo reservado para un grande, fue al que le dedicaste lo que, llegada tu temprana muerte, se descubriría, seria tu último esfuerzo y empresa revolucionaria; pero que más fuiste sino gigante.

Tancredo-Vargas

Admirado por la oposición política, respetado por tus adversarios ideológicos que dirigían el país al momento gris de tu ida, temido por tus enemigos, los cuales eran políticos y de ideas, jamás personales. Cuanta grandeza comandante Antonio.

Tu recuerdo llega como las estaciones del año e invita a beber Mac Albert, “el whisky de los pobres”, como le llamabas; entrañable amigo, camarada y mentor…, recordarte da vida a las melodías de Serrat, Silvio, Luis Miguel y Gardel. A la poesía y a conjugar tus vivencias ideológicas marxista con el rehacer la utopía de tu pueblo y convertirla en Marchas Verde. Evocarte es celebrar tu vida, tu práctica revolucionaria y tu entrega desinteresada para con los excluidos del mundo.

¡Gallo, carajo! Cuán grande tu dimensión y cuan pequeña es aún tu descendencia revolucionaria. Todavía falta madurar bastante para que el Pueblo Dominicano pueda alcanzar el grado de comprensión social suficiente que le permita identificar las burlas, despojos, robos y latrocinios (expresados en el mal de la corrupción y otros) a los que ha sido sometido por los Blancos, Colorados y Morados… No obstante, llegará el tiempo en el que se podrán ver tus ideas como el Sol tras la noche, y con ellas, la redención anhelada por la clase obrera.

Mientras llega el momento, porque “La revolución vendrá”…, sigue brillando. Continúa paseándote por Vietnam, Rusia, Cuba, Nicaragua, por el Cerro de Guazapa surcando el Sombrero Azul Salvadoreño y construyendo e inspirando utopías en tu Lar Dominicano. Perenne aporta tus huesos para la bandera comunista, “Y es que los revolucionarios -siguen- haciendo la revolución aun después de muertos, cuando ya no -tienen- voz para propagar las ideas revolucionarias, cuando ya no -tienen- vida para empuñar el fusil, todavía -le- quedan los huesos para que sirvan de banderas”, como bien escribiera Amín Abel Hasbún.

Tu accionar te hizo eterno Comandante Antonio. ¡Tancredo Eterno, “Hasta la Victoria Siempre”!

Nota: el presente artículo es de única autoría de Enmanuel Aquino Alvarado.

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