
Mets eliminados de la postemporada tras colapso histórico; caen 4-0 ante Marlins
MIAMI — Pete Alonso se quedó de pie, con los labios entreabiertos y los brazos caídos en señal de incredulidad. Miró hacia el jardín izquierdo, donde el venezolano Javier Sanoja acababa de atrapar en carrera su batazo en línea de 115.9 mph, la bola más fuerte bateada por un jugador de los Mets este año. En otro escenario, en otra temporada, ese batazo pudo haber cambiado todo. En esta realidad de los Mets, no cambió nada.
En cambio, la línea de Alonso encapsuló una de las temporadas más desconcertantes y frustrantes en la historia de la franquicia. El 12 de junio, los Mets tenían el mejor récord de todo el béisbol, 21 juegos por encima de .500. Habían estirado su ventaja en el Este de la Liga Nacional a 5.5 juegos, con un colchón de 8.5 en la incipiente carrera por los playoffs.
Tres meses y medio después, su temporada terminó sin boleto a la postemporada. En un duelo de vida o muerte, los Mets cayeron 4-0 ante los Marlins, sus verdugos de décadas, en el loanDepot park. En sus últimos 93 juegos, los Mets tuvieron foja de 38-55, solo mejor que la de cuatro equipos: los sotaneros Medias Blancas, Nacionales, Mellizos y Rockies. Según el Elias Sports Bureau, apenas dos equipos en la historia de las Mayores –los Indios de 1905 y los Cachorros de 1977– terminaron con peor récord después de estar al menos 21 juegos por encima de .500.
Al final, los problemas de pitcheo que acosaron a los Mets desde comienzos del verano fueron su sentencia. En un partido de vida o muerte, el mánager Carlos Mendoza diseñó un plan agresivo, sabiendo que tenía 11 lanzadores disponibles. Pero todo se desmoronó en el cuarto inning, después de que Brooks Raley permitió un sencillo con un out. Mendoza recurrió a Ryne Stanek, quien comenzó la tarde con efectividad de 5.01. Stanek rápidamente permitió dobles productores a dos de los tres bateadores que enfrentó, antes de que Tyler Rogers entrara y cediera dos carreras más.
El ataque de cuatro carreras coincidió casi al mismo tiempo con una remontada en Milwaukee, donde los Rojos cayeron ante los Cerveceros. Eso al final no importó. Para clasificar a la postemporada, los Mets necesitaban una victoria combinada con una derrota de Cincinnati. Cualquier otro resultado los mandaba a casa.
Ahora, la pregunta es hacia dónde van los Mets desde aquí. Las estrellas Alonso y el boricua Edwin Díaz pueden salirse de sus contratos y convertirse en agentes libres después de la Serie Mundial. El resto del núcleo ofensivo –el astro dominicano Juan Soto, el puertorriqueño Francisco Lindor y Brandon Nimmo– está bajo control del club por al menos el próximo lustro. La mayor incertidumbre recae en el cuerpo de lanzadores, aunque los novatos Nolan McLean, Brandon Sproat y Jonah Tong se perfilan para ayudar a estabilizarlo en los próximos años.
