
Gobierno de Colombia habilita venta de cannabis medicinal en farmacias bajo prescripción médica
COLOMBIA.- Por primera vez en la historia de Colombia —un país muy afectado por la guerra contra las drogas—, la venta del cannabis y sus derivados para uso medicinal en farmacias ha sido autorizada por el Gobierno, mediante un decreto compartido por el Ministerio de Salud. Anteriormente, la sustancia medicinal había sido regulada en el año 2016 y, para el 2021, había sido aprobada la exportación de la flor seca a cualquier país en donde estuviera legalizada.
Sin embargo, pese a que su comercialización finalmente haya sido autorizada para personas que posean una certificación médica y supone un avance más, esto ocurre ante un vacío legal.
El decreto 1138 de 2025, firmado apenas este lunes por el Gobierno izquierdista de Gustavo Petro, quien lo presentó como un avance histórico en el país, ya ha generado preocupación entre algunos ciudadanos. Mayra Correa, una productora de cannabis medicinal, ha calificado la acción como una “humillación”, dado que sostiene que representa una injusticia para quienes han seguido lineamientos de seguridad, obligaciones técnicas y licencias de gran valor por años. “Ahora cualquiera puede entrar con una licencia exprés”, declara Correa. “Llevamos cinco años pagando licencias carísimas… y ahora el Ministerio hace esto, sin exigir lo mismo. Es una grosería”.
Por otro lado, el representante a la Cámara Juan Carlos Losada, del Partido Liberal, ha defendido la postura de este nuevo cambio. “Corrige un error del gobierno de Iván Duque (2018-2022) que, aunque permitía la exportación de flor de cannabis al exterior, no lo hacía con la venta nacional. Lo que cambia es que en Colombia (la flor) ya pueda ser considerada un producto terminado y por tanto se pueda comercializar a quienes tengan la receta correspondiente”, explicó el parlamentario a la EFE, refiriéndose al decreto de 2021 donde se garantizó el acceso a los medicamentos derivados de la planta.
No obstante, Losada también comentó que la legalización sería “un atropello total para las comunidades que durante décadas han luchado para ser incluidas en el mercado regulado del uso adulto de cannabis”.
 





