La conocida pasión del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, por los productos tecnológicos de la compañía Apple parece dar sus frutos: este año, en el mercado de su país se han estrenado el ‘smartphone’ Jindallae 3 y la tableta Ryonghung, versiones locales del iPhone y el iPad, respectivamente.
Ambos dispositivos, ‘creados’ por la Corporación de Tecnología de la Información Mangyongdae, se asemejan muchísimo a los productos del gigante norteamericano.
Los técnicos norcoreanos no solo se encargaron de que su teléfono móvil copiara la apariencia del iPhone, sino que instalaron un ‘software’ similar al que utiliza Apple para bloquear la descarga de las aplicaciones no autorizadas desde la App Store.
Sin embargo, los ingenieros de Corea del Norte emplean esa herramienta informática para controlar el acceso a la información de las personas, asegura AP.
Gracias a este programa clon, los usuarios no pueden desactivar las funciones de seguridad del sistema operativo norcoreano Red Star, actualizado en el 2014 para abortar la descarga de aplicaciones o el ingreso a sitios no autorizados por las autoridades de Corea del Norte.
Por ejemplo, ese sistema operativo realiza capturas de pantalla de manera continua y las envía a funcionarios que revisan las actividades que realiza la población.
Tanto la intranet Kwangmyong (‘brillante’, en norcoreano) —que tiene alrededor de 170 sitios web— como los aparatos norcoreanos no pueden acceder al mundo exterior.
De hecho, las llamadas (y los mensajes de texto) solo se pueden hacer a usuarios dentro del país, mientras que los juegos y otros servicios en línea están limitados por esa única red oficial.
Además, los norcoreanos tienen prohibido utilizar cualquier WiFi, y dicha señal está estrictamente restringida y controlada para bloquear cualquier conexión extranjera encubierta.
Hace una década, solo un grupo reducido de altos funcionarios y militares tenía acceso a estos dispositivos, pero se estima que hoy en día hay entre 2,5 y 3 millones de teléfonos móviles en Corea del Norte, cuya población ronda los 25 millones de personas.
Durante el último quinquenio, esta tecnología ha florecido con la introducción de servicios 3G, en gran parte gracias a dos inversionistas extranjeros: el proveedor tailandés Loxley Pacific y el egipcio Orascom Telecom Media and Technology.