Joven se zafa del bajo mundo y logra graduarse de profesor

Por: Hoy.com.do

Maximiliano Pérez carga en su cartera las fotos de tres amigos: uno de ellos condenado a 20 años por asesinato en la cárcel de La Victoria y los otros dos muertos en pleito de bandas. Los conoció en una casa de acogida de niños de la calle.

Joven-profesor

El pudo haber corrido la misma suerte de sus compañeros de infortunios pero decidió escoger otro camino, el cual ha tenido que recorrer con el apoyo de personas que han marcado su vida.

Maximiliano cuenta cómo se zafó del mundo de las drogas, de los robos, atracos y de otros crímenes, logrando graduarse el pasado mes de febrero como licenciado en Educación mención Ciencias Sociales, en la Universidad O&M.

Maximiliano dice que ha sido bien influenciado por la profesora Dominga Comas, directora del Distrito Educativo 10-02. Por ella se inclinó por las ciencias sociales. Le agradece su apoyo permanente.

Escucharlo hablar convence a cualquiera de sus aprendizajes. Captó muy bien las asignaturas que recibió de las dos universidades: de “la calle” y de la O&M.

Descifra con claridad los factores sociales y económicos que inciden para que niños y jóvenes deambulen sin rumbo, sufriendo todo tipo de vejámenes por la falta de protección de sus familias y del Estado.

No es feliz. Muestra gran inconformidad e insatisfacción. El alcanzar el título universitario no ha sido suficiente para sentirse feliz y es que, más que pensar en su logro personal, analiza la realidad social de manera colectiva e integral.

Su felicidad, dice, depende de que todos los niños y los jóvenes del país tengan las mismas oportunidades para alcanzar sus sueños.

“Me dicen que soy radical porque veo que la sociedad no es equitativa por el capitalismo y entiendo lo que se da en la familia, lo que es el deber del Estado y todos los factores políticos y socioeconómicos que influyen para que haya desigualdad en la sociedad”, expresa Maximiliano.

Entrevistado en la pequeña biblioteca de la escuela República Dominicana, en el sector de Villa Juana, el joven de 29 años de edad, nacido en el distrito municipal de San Luis, contextualiza sus posiciones con referencias de frases de grandes autores.

“Carlos Marx decía que el simple hecho de una persona estudiar pertenece a una clase distinta”, indica.

Cree que la educación de los pueblos es generadora de riqueza “y el que el Estado le garantice a cada persona una buena educación, políticas económicas para la generación de empleo, eso sería un gran logro, como el que los padres puedan tener ingresos para garantizar a sus hijos que se alimenten dignamente, así como brindar una educación integral de calidad con un alto nivel humano e intelectual como lo concibe Paulo Freire.

Oportunidad para todos. Maximiliano sueña con que no exista un solo niño y joven en la calle, mendigando, en riesgo como lo estuvo él desde sus 10 años de edad cuando decidió irse de su casa donde vivía con su padre y sus cuatro hermanos.

No tuvo un hogar en el que le dieran orientación. Sus padres se separaron cuando él tenía siete años. “Mi papá casi no estaba en casa, yo tenía mucha libertad, no tenía a nadie que me cuestionara, yo era libre”.

En Invivienda conoció a los integrantes de una banda delictiva. Lo querían forzar a consumir sustancias prohibidas pero el jefe lo protegió ya que lo veía como a su hermano, que tenía su misma edad.

El sacerdote Ramón lo llevó a la casa de acogida de Niños de la Calle que dirige el padre Luis Rosario. Allí conoció amigos, muchos de los cuales abandonaron el programa y se dedicaron a delinquir. Hoy están muertos o presos.

Recuerda con nostalgia a uno de ellos, Larivaldi Nova Mateo: con tan solo 18 años fue mandado a matar supuestamente por un coronel de la Policía, jefe de una banda que robaba vehículos y que vendían por piezas en el mercado. Pero dice que no todo fue malo y hubo quienes, como él, tomaron el camino de la superación y del trabajo decente.

Su inspiración para estudiar, Su interés por el estudio, expresa, fue por una tontería. Al ver a un grupo de seis mujeres reírse mientras leían un periódico se inquietó, se acercó, tomó el diario y no podía enterarse del contenido porque no sabía leer y escribir. Al preguntarles le dijeron que le ocasionó la risa el horóscopo. A partir de ese momento se interesó por estudiar. No se detuvo hasta convertirse en un profesional. Espera por el concurso del Ministerio de Educación para participar y lograr ser nombrado como docente. Actualmente labora en el área administrativa en el Distrito 10-02.

Desarrolla un programa de reforzamiento de los niños en el sector Capotillo.
En diciembre pasado, Maximiliano estuvo en su comunidad natal, San Luis. Recorrió cinco kilómetros recordando que con menos de 10 años le pagaban cinco pesos por kilómetro sembrado de caña.

Al término de la entrevista de casi una hora Maximiliano comienza a llorar cuando dice lo importante de tener a su lado a una familia que le dé afectos.

Expresó sus deseos de haber asistido a la escuela todos los días desde sus primeros años de vida, que su madre le preparara sus alimentos, le lavara y planchara su uniforme y le diera un abrazo cada mañana. No obstante, él dice que ese pasado lo ha dejado atrás, visita a su madre los fines de semana y le da todo cuanto puede asumiendo el compromiso que, dice, debe tener todo hijo con su progenitora.

Maximiliano valora todo cuanto ha alcanzado. Aprovecha para exhortar a los jóvenes a conquistar sus sueños y que vean en él ese ejemplo de superación.

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